IMPORTANTE:
Sobreseyeron
a los 10 estudiantes procesados
Tras más de un mes y medio
de lucha, finalmente se logró el 23 de diciembre el sobreseimiento de
los 10 dirigentes estudiantiles de la
UBA que estaban procesados por defender la sede del CBC de
Merlo y a los que se acusaba de "secuestro coactivo agravado". Quedó
también sin efecto el embargo de 10.000 pesos a cada uno y la prohibición para
salir del país.
Sobre la causa, armada desde el Rectorado de la UBA, se puede decir que era
tan ridícula (con penas que iban de 10 a 25 años de
prisión) como claro su intento de persecución política: querían
amedentrar a los estudiantes. Pero les salió el tiro por la
culata: el fallo de la sala I de la Cámara de Apelaciones no
sólo terminó con esta causa sino que sienta un precedente importante al
dejar por escrito que los hechos imputados (la toma del
Rectorado) no constituyen delito alguno. Por eso es una derrota del Rector
Hallú y de toda la rosca que dirige el Rectorado de la UBA. También del
gobierno de Cristina que mantiene a más de 5.000 luchadores procesados y
decenas de presos políticos. Y es un triunfo de todos los estudiantes y del
movimiento popular en general.
No puede entenderse esta resolución sin la enorme campaña
que se realizó desde la FUBA
y los Centros de Estudiantes. Campaña que contó con la solidaridad de
miles de personas y organizaciones que firmaron el petitorio (entre ellas más
de 500 docentes e investigadores de la
UBA, más de 300 representantes sindicales, etc.). En
particular, nos acompañaron el día de hoy varios organismos de Derechos Humanos
como Madres de Plaza de Mayo - Linea Fundadora, junto a varios dirigientes
políticos y sociales.
Por todo esto, el sobreseimiento de los 10 estudiantes
de la UBA es un
gran aliento para seguir luchando por la educación pública, por el presupuesto
y la democratización. Sobre todo, de cara a un 2009 que augura más ajuste por
parte del gobierno de Cristina frente a la crisis (como ya se vio en el
presupuesto votado para este año), y medidas de autoajuste del Rectorado y los
decanos.
La CORRIENTE