Los más de 300 cortes de ruta continúan en todo país. Son los trabajadores y chacareros pequeños y medianos, acompañados por los pueblos de la zona, los que han masificado y profundizado la protesta. En localidades agrarias se han producido verdaderas puebladas. Se han sumado los tamberos y se solidarizan con el paro algunas seccionales de camioneros. Las conducciones de las 4 organizaciones convocantes del paro agrario han sido desbordadas y por todos lados han surgido los autoconvocados.
El gobierno K respondió con patotas e incluso con represión de la Gendarmería el propio 24 de marzo. En respuesta al discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se han sumado los cacerolazos de un gran sector de la población en los principales centros urbanos.
El gobierno kirchnersita dice que la protesta es un paro de los “oligarcas”, que quieren conservar sus “abultadas ganancias” y sus 4x4. Pero esto no explica la contundencia y la masividad de los piquetes y las protestas, en las cuales participan distintos sectores con distintos reclamos. El detonante del paro ha sido el último aumento de las retenciones, pero hoy ya se está discutiendo mucho más en la Argentina.
¿En el campo, quiénes se benefician con la política K?
En los últimos 4 años de modelo kirchnerista, los grandes beneficiarios han sido los oligarcas y monopolios terratenientes, los pooles de siembra como Grobocopatel, los grupos exportadores y un puñado de grandes industrias como Aceitera Gral. Deheza (del senador K de Córdoba Roberto Urquía, que dicho sea de paso: es la empresa que encargó la investigación que derivó en una explosión en Ingeniería de Río Cuarto y que produjo la muerte de un estudiante y cinco investigadores). En los últimos años, junto con el monocultivo de la soja, se ha profundizado la extranjerización y la concentración de la tierra. Hoy el 60% de la producción de la soja la hace el 4% de los productores.
Los “Grobo” no apoyan el paro. Y el senador Urquía sería uno de los ideólogos del último aumento a las retenciones y acaba de obtener por ley una aduana propia. “Un empresario ejemplar” según Cristina. Es la “alianza estratégica” del gobierno K con China la que en definitiva extendió el monocultivo de la soja.
Las últimas medidas del gobierno perjudican principalmente a los pequeños y medianos productores y también a los trabajadores del campo. Hasta el kirchnerista D´Elía tuvo que reconocer que no se puede cobrarle las mismas retenciones a un pequeño o mediano productor que a los oligarcas y monopolios.
En los 90´s la convertibilidad del 1 a 1 llevaba a la quiebra a los pequeños y medianos chacareros. Así nació entonces el Movimiento de Mujeres en Lucha (MML) que enfrentó y paró los remates. Hoy, este movimiento denuncia que con el último aumento hay chacareros que van a pérdida en la cosecha o incluso a la quiebra, porque sus costos son mayores que los de los “Grobo” o los oligarcas y monopolios, y porque gran parte de la ganancia se la quedan los grupos exportadores. En los hechos, el gobierno les ofrece a los chacareros que vivan de la renta (alquiler) de sus chacras o las vendan, pero que salgan de la producción.
Por todo esto, es mentira que el gobierno enfrenta a los “oligarcas”, sino que le está pisando la cabeza a los productores pequeños y medianos, y profundiza así la concentración de la tierra y el monocultivo de soja.
¿Por qué los Kirchner empujan estas medidas?
Con el aumento indiscriminado de las retenciones, el gobierno trata de acumular fondos intentando cubrirse de las tormentas que está provocando la crisis económica yanqui, y para destinar ese superávit a comprar dólares para mantenerlo sobrevaluado a $3, subsidiando así las superganancias de los grupos exportadores (de soja, hidrocarburos, Techint, etc), oligarcas y monopolios terratenientes. También busca seguir pagando la deuda externa ilegítima y fraudulenta, y mantener las privatizaciones de los 90´s.
La disputa entre el gobierno nacional y la cúpula oligarca de la Sociedad Rural Argentina es alrededor de quién va a aportar los fondos ante la crisis que se avecina para garantizar la continuidad de este modelo de dependencia con el que ganan todos los exportadores. Pero en lo fundamental ambos coinciden en sostener este modelo, y que sea sobre los brazos de los trabajadores y pequeños y medianos productores del campo y la ciudad. Parte de esto también son los topes salariales que busca imponer el gobierno (junto con Moyano de la CGT) que deja a millones de argentinos con un sueldo inferior a la canasta familiar de $3.200, en un momento que la inflación duele cada vez más.
Rechazamos tanto el modelo K como el planteo de la Sociedad Rural Argentina sobre que no haya retenciones. Necesitamos una política de producción nacional: una política de desarrollo de la industria nacional, de una producción agropecuaria diversificada, y del mercado interno con salarios que recuperen su poder adquisitivo.
¿Qué proponemos, a dónde debe destinarse el superávit fiscal?
Hacemos propia la propuesta de la Federación Agraria Argentina (FAA) y de los chacareros autoconvocados: por retenciones segmentadas o diferenciadas, coparticipables con las provincias para que sean destinadas a resolver los problemas productivos y sociales en todas las provincias.
También tomamos la resolución del Congreso por la Tierra de FAA y de movimientos de campesinos pobres: por la reforma agraria. O como plantea el Movimiento de Mujeres en Lucha: por 1.000.000 de chacras.
Decimos: no al trabajo en negro de los obreros rurales.
El superávit fiscal debe destinarse para resolver la educación, el trabajo, la salud y la vivienda popular en todo el país.